Un amigo me contó recientemente su
historia, y el camino que le llevó al éxito.
Tras muchos años de perseguir el
éxito, lo encontró. Era un empresario reconocido, influyente y rico, pero un
hecho inesperado, impensable, que no se podía planificar, hizo que su vida
cambiara, y lo perdió todo en pocos meses. Perdió lo que tanto había buscado.
Tras 15 años de trabajo y esfuerzo, todo había desaparecido. Por no poder, no
podía ni comer, y fueron su padre y sus amigos, los muy pocos que de verdad lo
eran, y que continuaron a su lado en ese momento, los que le ayudaron a,
literalmente, sobrevivir.
Recibió un mail que hacía referencia a una foto suya que circulaba por
Internet. La única, al parecer, en la que sonreía, algo extraño para mi amigo
en aquellos 15 años. El mail decía: “Sé que estamos a un océano de distancia, y
que un mail es un medio muy impersonal para relacionarse, pero eso no me impide
que tu fotografía me produjera una vibración especial que me animara a
escribirte. Me encantó la belleza y la franqueza de tu sonrisa, como una luna
creciente tropical, y la ternura que irradia tu mirada. Solo quería decirte que
me pareciste un hombre al que si tuviera cerca, de verdad, me gustaría conocer.
Bueno, chico bello, que el Universo te otorgue lo mejor de lo mejor”…
Y el Universo se lo concedió. De
nuevo la vida dio un vuelco. Pudieron conocerse, y mi amigo descubrió algo que
hasta entonces había leído pero no había conocido: la felicidad. Entendió a
Coelho cuando decía “El tiempo y la lectura no me han cambiado, pero el amor me
ha transformado”.
Ahora no tenía influencia, ni reconocimiento,
ni dinero, pero era feliz, y cualquier cosa que hacía le entusiasmaba. Incluso
fue padre por primera vez de una maravillosa niña que, por supuesto, solo pudo
llamarse Luna. Desbordaba entusiasmo por la vida tras ello, y aún más teniendo
en cuenta que el día antes de que su hija naciera por cesárea, el médico le
dijo que había muchas posibilidades de que su mujer muriera, y que quizás con
suerte y tiempo su hija podría salir adelante, aunque tampoco había garantías.
Pero de nuevo, la vida le sorprendió. Algo inesperado cambió el rumbo de las
cosas, y todo salió bien para las dos.
Y continuó ilusionado y feliz. Ha
tenido algún que otro vaivén en su vida profesional, situaciones aparentemente
límites y sin salida, que al final han desembocado en realidades que nunca
podía haber planificado, y que hechos casuales convirtieron en magníficas. Como
un mail que recibió un 14 de febrero hablándole de un curso de Coaching. Lo
cursó, y ahora es coach. En su primera sesión como peer, la vergüenza, los prejuicios
y el miedo no le permitieron hablar de su vida en profundidad, pero pudo hablar
de golf, y aquella sesión caló tan hondo en él, que su hándicap bajó
espectacularmente en pocas semanas. Aquello le empujó a meditar y a pensar sobre ello, y creó un método de
Coaching nuevo, único y original basado en el Golf… Abandonó su puesto en una
multinacional para convertir su idea en algo que parecía impensable: una
apasionante profesión que, además, le permitía conciliar como tanto deseaba su
vida familiar y profesional.
Tuvo dudas a lo largo del proceso
hacia su nueva profesión, hasta que una noche en la que le asaltaban miles de
ellas, recibió un mail de un amigo muy querido que le escribió “De pequeño en
el cole ya eras un "máquina". Este campo no tiene por qué ser una
excepción. Esta Navidad estaré en Silos, y como creo que Santo Domingo también
fue un buen "coach" para los benedictinos, le hablaré de tu empresa.
Un abrazo”…. Se entusiasmó, y ya no volvió a dudar.
Esa misma noche recordó un libro que
había leído muchos años atrás, y que ahora comprendió. Era de Bertrand Russell,
filosofo, matemático y premio nobel de literatura, que concluía así: “La
característica universal de las personas felices es el entusiasmo”.
Y así sigue. Es entusiasta con todo,
feliz, y todos los días desde hace ya seis años… me acuesto dando gracias a
Dios, por haber conseguido el éxito en la vida.
Estoy seguro que todos aquellos que
habéis leído estas líneas también lo tenéis como yo, y si aún no es así,
disfrutad de la vida y del amor que a diario se puede encontrar en ella,
entusiasmaos con todo, sed felices, y dejad que la vida os lleve por el camino
del éxito
Mariano
Angel Puerta
Director
Coach
"Si quieres ir rápido ve solo; si quieres llegar muy lejos, ve acompañado de tu coach”
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Saludos
Mariano